miércoles, 15 de abril de 2009

Presidencialismo o Parlamentarismo?


El juez Zaffaroni propone adoptar el parlamentarismo para "cambiar un gobierno sin matar a nadie"

El magistrado criticó las candidaturas testimoniales y la crisis institucional. Dijo que el presidencialismo "está agotado" y que "la política le está pasando por encima"
Desde que Néstor Kirchner anunció su estrategia electoral de "listas testimoniales" -candidatos que se postularán a un cargo legislativo pero no lo asumirán en caso de ganar-, las críticas llovieron de todos los sectores en torno a su presunta inconstitucionalidad. Ahora, la Corte Suprema de Justicia se suma a quienes repudian las candidaturas, aunque no las impugnaría si el asunto llega a tener que dirimirse frente al máximo tribunal.

Raúl Eugenio Zaffaroni, juez de la Corte Suprema, criticó el sistema "presidencialista" de Argentina y volvió a proponer la adopción de un modelo parlamentario, algo que viene defendiendo hace años. "El esquema está agotado y la política le está pasando por encima", declaró al canal de noticias Crónica TV.

"América latina, en los últimos 25 años, no tiene golpes de Estado, a Dios gracias, pero ha tenido una veintena de presidencias interrumpidas, muchas violentamente, con muertos, etcétera. Llegó el momento de empezar a pasar a un sistema que permita cambiar un gobierno sin matar a nadie", agregó el juez.

"Siempre opiné lo mismo. Todo esto que estamos viendo de candidaturas testimoniales, de funcionarios que se presentan como candidatos, de gente que se sale de un partido y que forma otro, o que se alía con otro, creo que la política real que estamos viviendo está superando la institucionalización", afirmó Zaffaroni

"Estas características que estamos viendo son todos manejos y hechos que serían normales en un sistema parlamentario, incluso hasta el adelantamiento de elecciones. La política está pasando por encima el sistema presidencialista", explicó el magistrado, y concluyó que "en Chile hay un sistema presidencialista, pero se adoptaron reglas del sistema parlamentario".

Las declaraciones de Zaffaroni apuntan a que se puedan tomar decisiones en el Congreso en casos de crisis política, aunque sin considerar que el adelantamiento de las elecciones fue votado por Diputados y Senadores. Por otro lado, opina implícitamente que el Gobierno está en jaque y que, si se aplicara el sistema parlamentario, tendría más opciones de sucesión para evitar una salida desordenada.

Sin embargo, para cambiar el sistema argentino a un modelo parlamentario sería necesaria una reforma constitucional como la de 1994, algo que no está en la agenda de ningún partido político. Las opiniones del magistrado tampoco implican que una eventual impugnación de las listas testimoniales sea apoyada por la Corte Suprema de Justicia, ya que no todos los magistrados piensan lo mismo que Zaffaroni.

El juez ya desató polémica esta semana, en una entrevista con el fundador del diario Perfil , Jorge Fontevecchia, al sostener que “ la sensación de inseguridad la provocan los otros medios no especializados dependiendo del espacio que le conceden" y que el temor por el aumento delictivo "es infundado".


Respaldo de la UCR a la idea del juez de la Corte,
Gil Lavedra dijo que el cambio sería positivo


Los señalamientos del juez de la Corte Suprema de Justicia de la Nación Eugenio Zaffaroni sobre el agotamiento en la Argentina del sistema presidencialista obtuvieron ayer un contundente respaldo por parte de la Unión Cívica Radical (UCR): las autoridades nacionales de ese partido se manifestaron en favor de incorporar elementos parlamentarios al régimen de gobierno en el país.
"Para la UCR es muy positiva la noción de salir del sistema presidencialista. Ese sistema ha fracasado no sólo en la Argentina, sino en toda América latina, lo que provocó grandes crisis políticas y económicas para los gobiernos de los últimos años", dijo el dirigente radical y reconocido jurista Ricardo Gil Lavedra en una conferencia de prensa que brindó junto con el titular del partido, el senador Gerardo Morales.
"El sistema debe ser mejorado, porque en las elecciones de medio término incluso aquellos presidentes que asumieron con mucha fortaleza pueden verse desplomados y fuertemente debilitados, sin contar con soluciones ni atenuantes políticos", abundó Gil Lavedra.
Al igual que Zaffaroni, Gil Lavedra elogió los sistemas intermedios, como el de Chile. "Es positivo adoptar reglas del sistema parlamentario en el sistema presidencialista. Por ejemplo, que el partido que mejor haya salido en los comicios pueda integrar el gobierno mediante la designación del jefe de Gabinete", precisó.

Parlamentarismo y el eufemismo de la gobernabilidad
Por Diego Valenzuela


Especial para lanacion.com

El gobernador Scioli asegura que aceptaría ir en las listas de candidatos legislativos, aunque no vaya a asumir una banca, porque su preocupación es "la gobernabilidad en la Argentina". Dos tendencias curiosas conviven en esta afirmación. Por un lado, el oficialismo recurre a la idea de gobernabilidad para salir airoso de una simple puja electoral que definiría el paisaje político futuro. Asimismo, la iniciativa de candidaturas testimoniales convierte al sistema en un presidencialismo-parlamentario, al buscar compensar en esta elección legislativa de mitad de término la legitimidad presidencial que se les ha venido esfumando.
Pedir que la gente vote para "defender la gobernabilidad" obliga a hacerse una pregunta: ¿por qué está amenazada la gobernabilidad? La respuesta obvia del oficialismo es la crisis internacional, pero sucede que ningún gobierno del mundo tambalea por los vaivenes de la economía. En la Argentina de 2009 el déficit de gobernabilidad deviene especialmente de la gestión de política local.
Pedir un voto por la gobernabilidad es el eufemismo, o el pretexto, para sostenerse en el poder. No hay un interés en la estabilidad institucional, sino más bien una estrategia en la disputa política con el naciente peronismo disidente, el cual se ha convertido en una amenaza real para los Kirchner (incluye a De Narváez-Solá y también a Reutemann, Schiaretti y demás). Un triunfo propio kirchnerista en Buenos Aires retrasaría el proceso pos-kirchnerista.
En los hechos, además, se gesta una solución pseudo-parlamentaria para un momento de debilidad del presidencialismo (esto incluye a Cristina pero también a Néstor, depositario aún del poder real). La movida, audaz y provocativa como casi todas las ideas electorales K, manosea a los poderes legislativos al usarlos simplemente como herramienta para forzar la disciplina política y el respaldo popular. La división de poderes, si es que queda algo de ella, cae de rodillas ante la necesidad política. Para peor, se mezcla con el nepotismo, porque muchos intendentes ya piensan poner como cabeza de lista a esposas, hermanos e hijos.
El Ejecutivo busca legitimidad en la legislativa pero, si perdiera, estaría obligado a tener que formar nuevo gobierno, siguiendo la lógica parlamentaria tan usual en las democracias europeas. Esto podría significar desde renuncias a cambios de gabinete y de políticas, si los candidatos ejecutivo-parlamentarios no obtuvieran los resultados esperados. El mismo Julio Cobos ya imagina una alianza parlamentaria para sostenerse (tal como hizo Duhalde en 2002) en caso de crisis de gobernabilidad. ¿Cómo sigue gobernando Scioli la agitada provincia de Buenos Aires si la movida no fuera exitosa? ¿Hay necesidad de poner al sistema en la cornisa para resolver una disputa hacia adentro del peronismo?